Rúa Entrefornos

Calle Entrefornos, Tui

Alguno confiesa que no es capaz de escoger, que son demasiadas imágenes las que cruzan su cabeza al hablar de esta peculiar y estrecha rúa del casco vello de Tui. Otros recuerdan una o muchas noches. Piensan en besos, copas, risas, excesos, ya saben. Evocan altas horas de las madrugada, entre las piedras, esperando al sol. Todos han tropezado con las rocas que asoman en uno de los márgenes y configuran la singular morfología de Entrefornos. Hay incluso quien se pone nostálgico -los bares cierran, cambian de nombre, los años pasan- y quien subraya que es una calle mítica, fundamental, con encanto.

El origen de esta sinuosa e irregular callejuela, hoy punto de encuentro en la noche tudense, se remonta al siglo XII, al bajo medievo. Sus rincones, testigos privilegiados de los cambios culturales y sociales del Baixo Miño en el último milenio, custodian, seguro, los secretos de más de un vecino y permiten, si uno los recorre sin prisa y procurando no caerse, reconstruir el pasado de la ciudad e intuir su ocaso.

Cuenta el historiador Suso Vila, uno de los mayores conocedores del patrimonio local, que Entrefornos, compleja y en simbiosis con el terreno rocoso, ha sufrido pocas alteraciones desde su primera urbanización, allá por el año 1170. Las casas, de planta baja, se mantienen igual desde hace casi quinientos años. Se puede imaginar sin mucho esfuerzo a los mercaderes, artesanos y canónigos que un día la transitaron.

Era un calle popular, en la que estaban asentados los carniceros y donde se elaboraban las tripas para los embutidos y las velas de sebo. De esta actividad, queda su actual nombre, en referencia a los fornos, hornos, y el desagüe moldeado sobre la misma roca para evacuar hacia el río las suciedades y despojos. El observador curioso, además, encontrará huellas sefardíes, señales de la importante presencia judía y conversa que hubo en la urbe, que acentúan el recuerdo de este agitado pasado medieval.

Hoy, sin embargo, fuera de la época estival en la que no es difícil cruzarse a turistas y peregrinos, parece deshabitada, descuidada, solitaria. A pesar de que por Tui pasan cada año decenas de miles de caminantes con destino Santiago de Compostela y de que forma parte de uno de los principales conjuntos históricos de Galicia, en esta calle, de día, no hay nada. Existe la sensación de que, de alguna manera, la zona antigua de la ciudad se muere y también, de que la matan.

Este silencio y esta especie de desidia contrastan con el jaleo de algunas noches de sábado, cuando la gente sale y se reencuentra en las calles viejas. Parte de los residentes se quejan por el ruido, los gritos, la música demasiado alta. La verdad, cómo no, es que Entrefornos es una joya y podría albergar muchas otras cosas. De momento, no se conoce proyecto o plan de futuro, pero reconforta saber que, al menos, sigue siendo un espacio esencial, emblemático, para sus habitantes, que crecen, vibran y viven en ella.

Un paseo de Aldara Pérez.

Hemos preparado un acceso molón a cada una de las canicas, pero lamentablemente falla en el móvil. Mientras lo solucionamos puedes acceder a cada ciudad también desde aquí: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Bruselas, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Ceuta y Melilla, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, La Rioja, Los Ángeles, Madrid, Murcia, Navarra, y País Vasco.

Andalucía Aragón Asturias Islas Baleares Bruselas Islas Canarias Cantabria Castilla-La Mancha Castilla y León Cataluña Ceuta y Melilla Comunidad Valenciana Extremadura Galicia La Rioja Los Ángeles Madrid Murcia Navarra País Vasco